¡Esta es una revisión vieja del documento!
Klein, Naomi. No logo. Buenos Aires, Argentina. Paidós, 2005, pp. 360. ISBN 950-12-5335-X |
Archivo local: klein-naomi_no-logo-el-poder-de-las-marcas.pdf
Un videoclip:
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Extractos:
“Es la aldea donde vive Bill Gates y amasa una fortuna de 55.000 millones de dólares mientras la tercera parte de sus empleados están clasificados como temporales, y donde la competencia queda incorporada al monolito de Microsoft o se hunde en la obsolescencia por obra de la última hazaña de creación de software” (p. 23).
“(…) después de que una cultura sufre la manía de las marcas durante cierto tiempo, quienes vivimos bajo su imperio —sea de Nike, Wal-Mart, Hilfiger, Microsoft, Starbucks o de cualquier otra— no sólo comenzaremos a volvernos contra estos logos, sino también contra el control que la totalidad del poder de las empresas ejerce en nuestros espacios y opciones” (p. 233).
“Esto, en pocas palabras, es la sinergia. Microsoft emplea el término «agrupación» (bundling) para aludir al creciente paquete de bienes y servicios que incluye en su sistema operativo Windows, pero la agrupación es simplemente la palabra que se usa en la industria del software para designar lo que Virgin denomina sinergia y Nike extensiones de la marca. Al incorporar el software de Internet Explorer en Windows, una sola empresa, en razón de su cuasi monopolio del software de sistemas, ha intentado erigirse en el portal exclusivo de Internet. Lo que demuestra con claridad el caso de Microsoft es que el momento en que todas las ruedas de la sinergia giran al unísono y cuando todo funciona bien en el universo corporativo, es exactamente el mismo momento en que las opciones del consumidor quedan bajo el más rígido control y su poder en el nivel más bajo” (p. 199).
“Fue Microsoft la que desarrolló y alentó la mitología de Silicon Gold con su famoso plan de acciones de bolsa para sus empleados, pero también es Microsoft quien más ha hecho para destruirla. La era dorada de los saltimbanquis ha llegado y ha pasado, y los empleos tecnológicos de la actualidad son tan inestables como cualesquiera otros” (p. 297).
“(…) Microsoft ha logrado construir la perfecta empresa sin empleados, un rompecabezas de divisiones exteriores, de fábricas bajo contrato y de empleados autónomos. Gates ya ha convertido en temporal a un tercio de su personal general, y en la División de Medios Interactivos, donde se desarrollan los CD-ROM y los productos de Internet, alrededor de la mitad de los trabajadores están empleados por «agencias pagadoras» exteriores, que proveen trabajadores libres de impuestos como si fueran cartuchos de tinta para impresoras” (p. 298).